La leyenda de San Galgano
Todos conocemos la leyenda del Rey Arturo y La Espada en la Piedra, y generalmente la situamos en el medievo, en la zona de Inglaterra, pero como veremos ahora, quizás el verdadero origen de esta leyenda o mito se encuentre un tanto lejos de las tierras inglesas, en plena Toscana italiana. La historia de San Galgano es extraña, nacido en Chiusdino en 1148 (cuenta la leyenda que por gracia del arcángel San Miguel), siendo sus padres Guido y Dionisia.
De esta manera inicia la conversión del joven Galgano que empieza a predicar por Siena y sus alrededores hasta su retiro a la cabaña que se convertirá en su ermita en el Monte Siepi.
Al día siguiente, Galgano anunció que se iba a hacer ermitaño y se fue a vivir a una cueva. Sus amigos y parientes lo ridiculizaban, y Dionisia, su madre, le pidió que vistiera nuevamente las ricas ropas de noble y que fuera a despedirse de su prometida.
Fue canonizado en 1185.
Galgano Guidotti tuvo una vida despreocupada (algunas fuentes dicen que hasta un tanto libertina) hasta más de los veinte años, cuando se le aparece dos veces en sueños el arcángel San Miguel.
Galgano, emprendió el camino para cumplir el deseo de su madre, pero su caballo se encabritó, lanzándolo por tierra, al tiempo que oía una voz celestial instándolo nuevamente a dejar su regalada vida, posteriormente tiene un encuentro con el Papa Alejandro III que lo bendice y lo anima a construir una abadía cerca de la ermita. Regresa a la ermita y, entre la desesperación de su madre y de su prometida Polissena y el sarcasmo de los demás caballeros, realiza su único milagro conocido: clava profundamente su espada en la piedra (en 1180) formando una cruz con la empuñadura.Según la leyenda, en su entierro estuvieron presentes los obispos de Volterra (Ildebrando Pannocchieschi), de Massa Marittima y de Siena y los abades cistercienses de Fossanova.
Después de su muerte, se erigió allí una capilla que todavía subsiste. Cuarenta años después, los cistercienses construyeron, al pie del monte Siepi, una abadía que llevaba el nombre de Galgano y que fue muy próspera en su época. Como consecuencia, San Galgano se hizo tan popular que cistercienses y agustinos lo reivindicaron, cada uno por su lado, como uno de los suyos.
En la actualidad la espada en la piedra está protegida por una vitrina antivándalos e impide que se acerquen los que quieran extraerla, puesto que un hombre rompió la espada en 1992 por intentar extraerla. La empuñadura fue soldada de nuevo a la hoja y se protegió con una vitrina de plexiglass